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Indisciplina: diario de navegación encendida

Poesías

Una mujer, un hombre

El borde de las tazas

una mujer
se mueve en el denso fluir de sus instintos
sabe quebrar
la cáscara de una intención
una mujer
abarca por fragmentos la totalidad
y nunca es la misma

un hombre
sube al misterio en una extrema progresión
descubre el sentimiento
acorralado en un límite
el resto
lo filtra en el pensar

una mujer
es a la vez su historia
y lo que aún no ha conocido
sabe ordenar lo que no ve

un hombre
arriba al corazón del mundo
en cada vértice de su conocimiento
se instala en lo que ve
y se proyecta

una mujer es todas las mujeres
pero es única
un hombre es todos los hombres
pero es único

un hombre y una mujer
nunca se conocen
saben suponer
saben crear sobre el malentendido
son cada uno
mitad secreto
mitad vacío

un hombre y una mujer
a lo largo de cientos de actos cotidianos
cruzan información
dejan la vida escrita
en el borde de las tazas

cada día se escribe
cada día se lava

Laura Yasan

Pregunta

El sufrimiento / ¿es derrota o batalla?

Juan Gelman

La asombrosa realidad de las cosas

La asombrosa realidad de las cosas
es mi descubrimiento de todos los días.
Cada cosa es lo que es,
y me cuesta explicar lo mucho que eso me alegra
y lo mucho que me basta.

Sólo hace falta existir para ser completo.

Escribí muchos poemas
y voy a escribir muchos más, naturalmente.
Cada uno de mis poemas dice eso,
y todos mis poemas son diferentes,
porque cada cosa que hay es una manera de decir esto.

A veces me pongo a mirar una piedra.
No me pongo a pensar si siente.
No se me ocurre llamarla mi hermana.
Me gusta porque es una piedra,
me gusta porque no siente nada,
me gusta porque no tiene ningún parentesco conmigo.

Otras veces oigo pasar el viento
y creo que sólo para oír pasar el viento vale la pena haber nacido.
Yo no sé qué pensarán los demás leyendo esto;
pero creo que debe estar bien porque lo pienso sin esfuerzo
y sin pensar que otras personas me puedan estar oyendo;
porque lo pienso sin pensamientos,
porque lo digo como mis palabras lo dicen.

Una vez me llamaron poeta materialista,
y yo me sorprendí porque no creía
que me pudieran definir.
Yo ni siquiera soy poeta: veo.
Si lo que escribo tiene valor, no soy yo quien lo tiene:
el valor está allí, en mis versos.
No hay nada, en todo eso, que dependa de mi voluntad.

Alberto Caeiro (Fernando Pessoa)

Necesidades

Necesidades Antiguos navegantes tenían una frase gloriosa:
"Navegar es necesario; vivir no es necesario".
Quiero para mi el espíritu de esa frase,
adaptada su forma a lo que soy:
"Vivir no es necesario; lo necesario es crear".

Fernando Pessoa

De regreso

Ya he visto prácticamente
todas las narices arregladas
todos los dientes con funda
y todas las tetas remozadas
que puedo soportar.

Me voy de regreso
a la mujer natural.

Sam Shepard
(de Crónicas de motel)

Paciencia

Paciencia Sobre mi poesía

No ensillo mi caballo con apero de plata
Ni dispongo de rentas de quién sabe qué origen.
Yo no tengo ni bienes ni dominios:
No tengo más que este tazón de miel,
De miel color de fuego.
Este es mi único bien.
Y, sin embargo,
Tengo que defender contra la sabandija
Mi bien y mi dominio,
Vale decir, este tazón de miel.
Hay que tener paciencia,
Tener paciencia, hermano:
"Siempre que tengas miel en tu tazón,
Su abeja llegará desde Bagdad".

Nazim Hikmet
(Las abejas y las flores las dibujó mi hija Miranda cuando tenía siete años)

Poema zen

Poema zen ¿Cuál
era
tu
rostro
antes
de que
tu
padre
y
tu
madre
se
hubieran
encontrado?

Ojos

Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias
Un amor como abrir los ojos
Y quizás también como cerrarlos.

Roberto Juarroz

El vacío

El vacío Hacemos una vasija
de un pedazo de arcilla;
y es el espacio vacío
en el interior de la vasija
lo que la hace útil.

Hacemos puertas y ventanas
para una estancia;
y son esos espacios vacíos
los que la hacen habitable.

Así, mientras que lo tangible
posee cualidades,
es lo intangible
lo que lo hace útil.

Lao Tse
(Libro del Tao)

Soneto a tus vísceras

Harto ya de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto al jardín azul de tus pulmones
y a tu traquea elegante y anillada.

Canto a tu masa intestinal rosada
al brazo, al páncreas, a los epiplones,
al doble filtro gris de tus riñones.
Y a tu matriz profunda y renovada.

Canto al tuetano dulce de tus huesos,
a la linfa que embebe tus tejidos,
al acre olor orgánico que exhalas.

Quiero gastar tus vísceras a besos,
vivir dentro de ti con mis sentidos…
yo soy un sapo negro con dos alas

Baldomero F. Moreno

Tres tristes tigres

Tres tristes tigres Hay alquimia en el aire.
El oro se está por transformar en plomo.
¿Eso era todo?

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Salen palabras como heridas de guerra.
Algunas sin piernas.
Otras sangrando.

Salen palabras como coágulos secos.
Salen pesadas.

Ya no brillan en mi boca. Ya no cantan.
Solo son restos de comida atragantada.

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Es aire, aun, lo que entra por la ventana.
Respiro aun.
Ventana aun.

Román Mazzilli

Maravilla

Agradezco los variados e interesantes mails que están llegando a estas orillas indisciplinadas, tanto en forma de comentarios en el weblog -que todos pueden leer-, como tambien de manera personal a mi correo electrónico.
Muchos de ustedes me estan acercando, además, textos, imágenes, poesías para colaborar con éste diario.
Algunos materiales los iré subiendo y otros les pido que los envíen como 'comentarios' desde el mismo weblog ya que que posibilitarán, a su vez, un entramado interactivo con otros visitantes y ésta es una de las ideas de éste diario de navegación.
Aquí va una poesía que me enviaron por mail.
Gracias a todos!
Roman

Octava Maravilla

Bendita
sea esta piel
que tiembla
(tal vez demasiado),
cuando tus ojos se acercan
y tus manos
la amenazan
con caricias.
Alabada
es la dulce sensación
de derrota
ante la humedad
de tu boca,
y el ronco vibrar
de tus gemidos.
Hoy me pierdo,
me encuentro,
me hallo y
me enredo
en tu cuerpo y
mi cuerpo
es más mío
cuando te lo entrego.

Aníram Kuínarab Akoros

Lo sagrado

Lo sagrado Hemos llegado a una ciudad sagrada.
Preferimos ignorar su nombre:
Así le podemos dar todos los nombres.
No encontramos a quién preguntar
Por qué estamos solos en la ciudad sagrada.
No conocemos qué cultos se practican en ella.
Sólo vemos que aquí forman un solo filamento
El hilo que une toda la música del mundo
Y el hilo que une todo el silencio.

No sabemos si la ciudad nos recibe o nos despide,
Si es un alto o un final del camino.
Nadie nos ha dicho por qué no es un bosque o un desierto,
No figura en ninguna guía, en ningún mapa.
Las geografías han callado su ubicación o no la han visto.

Pero en el centro de la ciudad sagrada hay una plaza
Donde se abre todo el amor callado
Que hay adentro del mundo.
Y sólo eso comprendemos ahora:
Lo sagrado
Es todo el amor callado.

Roberto Juarroz

¿De quien son los versos?

El poeta mexicano José Emilio Pacheco se adjudicó el 23 de marzo el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, entregado por primera vez por el Gobierno de Chile para conmemorar el centenario del nacimiento del poeta y Premio Nobel chileno.
Va un texto de Pacheco para quienes no lo conocen.
R.

Anonimato

(Carta del citado escritor al periodista norteamericano George B. Moore para negarle una entrevista)

No se por que escribimos, querido George,
y a veces me pregunto por que mas tarde publicamos lo escrito.
Es decir, lanzamos una botella al mar que está repleto de basura y botellas con mensajes.
Nunca sabremos a quien ni adonde la arrojaran las mareas.
Lo mas probable es que sucumba en la tempestad
y el abismo en la arena del fondo que es la muerte.
Y sin embargo no es inutil esta mueca de naufrago.
Porque un domingo me llama usted de Estes Park, Colorado.
Me dice que ha leido lo que esta en la botella
(a traves de los mares: nuestras dos lenguas) y quiere hacerme una entrevista.
¿Como explicarle que jamas he dado una entrevista que mi ambicion es ser leído y no “celebre”, que importa el texto y no el autor del texto, que descreo del circo literario?
Luego recibo un telegrama inmenso (cuánto se habrá gastado usted, querido amigo, al enviarlo).
No puedo contestarle ni dejarlo en silencio.
Y se me ocurren estos versos. No es un poema.
No aspira al privilegio de la poesía (no es voluntaria).
Y voy a usar, como lo hacían los antiguos, el verso como instrumento de todo aquello
(relato, carta, tratado, drama, historia, manual agricola) que hoy decimos en prosa.
Para empezar a no responderle dire:
No tengo nada que anadir a lo que esta en mis poemas,
no me interesa comentario, no me preocupa (si alguno tengo) mi lugar en “la historia”.
Poesía no es signos negros en la pagina blanca.
Llamo poesia a ese lugar del encuentro con la experiencia ajena.
El lector, la lectora haran (o no) el poema que tan solo he esbozado.
No leemos a otros; nos leemos en ellos.
Me parece un milagro que alguien que desconozco pueda verse en mi espejo.
Si hay un merito en esto -dijo Pessoa- corresponde a los versos, no al autor de los versos.
Si de casualidad es un gran poeta dejara tres o cuatro poemas validos, de fracasos y borradores.
Sus opiniones personales son de verdad muy poco interesantes.
Extraño mundo el nuestro: cada vez le interesan más los poetas,
la poesia dejo de ser la voz de su tribu, aquel que habla por quienes no hablan.
Se ha vuelto nada mas que entertainer.
Sus borracheras, sus fornicaciones, su historia clínica, sus alianzas y pleitos con los demas payasos del circo, o el trapecista o el domador de elefantes, tienen asegurado el amplio público a quien
ya no hace falta leer poemas.
Sigo pensando que es otra cosa la poesía:
una forma de amor que solo existe en silencio,
en un pacto secreto de dos personas, de dos desconocidos casi siempre.
Acaso leyo usted que Juan Ramón Jiménez penso hace medio siglo
en editar una revista poetica que iba a llamarse Anonimato.
Anonimato publicaría poemas, no firmas: estaria hecha de textos y no de autores.
Y yo quisiera como el poeta español que la poesia fuese anonima ya que es colectiva
(a eso tienden mis versos y mis versiones).
posiblemente usted me dará la razón.
Usted que me ha leído y no me conoce.
No nos veremos nunca pero somos amigos.
Si le gustaron mis versos ¿Que más da que sean míos/ de otros/ de nadie?
En realidad los poemas que leyo son de usted: Usted, su autor, que los inventa al leerlos.

Jose Emilio Pacheco
(Mexico, 21 de mayo, 1983)

Rilke

Desde Mar del Plata, mi amiga Ruth acerca su indisciplina con éste envío:

¿Te propones, acaso, como ejemplo?
¿Puede llenarse uno como la rosa,
multiplicando su materia sutil,
hecha para no hacer nada?

Pues se diría que ser una rosa
no es trabajar.
Dios, mirando por la ventana,
limpia la casa.

Rainer Maria Rilke

Ya no te guardaré

Ya no te guardaré, se deshizo la música
donde me pareció que estabas.
Eran cristales rotos, o arena, no sé bien:
yo pisé y comprendí.

Comprendí con asombro que el tiempo se estiraba
desesperado y sin sentido
y que yo no era nadie
excepto el que te amó.

Eran cristales rotos, piedras o desventuras,
Eran cuerpos enormes o cenizas, no sé.
Yo pisé y comprendí.

Raúl Gustavo Aguirre

Preferencias

...comparto algunas de las preferencias que Brecht escribe en esta poesía.
R.

Lista de las preferencias de Orge

De las alegrías, las inesperadas.
De las pieles, las no arrancadas.

De los cuentos, los incomprensibles.
De los consejos, los inaplicables.

De las muchachas, la nuevas.
De las mujeres, las infieles.

De los orgasmos, los no simultáneos.
De las enemistades, las mutuas.

De las estancias, las transitorias.
De las despedidas, las desapasionadas.

De las artes, las invalorables.
De los maestros, los inhumables.

De los placeres, los declarables.
De los objetivos, los secundarios.

De los enemigos, los sensibles.
De los amigos, los infantiles.

De los colores, el rojo.
De los mensajes, el mensajero.

De los elementos, el fuego.
De los dioses, el monstruo.

De los que caen, los adulones.
De las estaciones, octubre.

De las vidas, las límpidas.
De las muertes, las rápidas.

Bertolt Brecht